viernes, 27 de junio de 2008

Nota a Eduardo Ferro en el diario Crítica

En el día de hoy el diario Crítica, publica una muy buena nota a Eduardo Ferro con el título: Setenta años de gracias dibujadas:

“Gracias a Dios comprendo el mundo de las historietas de hoy, hay cosas muy buenas. La apertura que brinda la televisión para la animación ha dado lugar a producciones que antes no tenían lugar.”

Lo afirma a Crítica de la Argentina Eduardo Ferro, uno de los grandes maestros del humor gráfico argentino que festeja sus 70 años. Setenta de ilustración activa y noventa de vida. El Centro Cultural de España en Buenos Aires –Paraná 1159– recibirá cien de sus producciones hasta el 24 de julio.

Dueño de un estilo único, Ferro descolló en la época de oro de la historieta argentina con su participación en Patoruzú y Patoruzito, y creó personajes como Langostino, Bólido, Chapaleo, Pandora y Tara Service.

Ferro: 70 años de puro humor es una exposición retrospectiva que trae al país la muestra que se realizó en España en octubre pasado cuando el dibujante recibió el Premio Iberoamericano de Humor Gráfico Quevedos, que otorgan los ministerios españoles de Cultura y de Asuntos Exteriores y promueve la Fundación Universidad de Alcalá, las instituciones que otorgan el Cervantes. Antes, este premio se había entregado sólo cuatro veces: a tres españoles y a Quino.

Ferro recuerda la situación: “Fue una gran sorpresa recibir el premio”. El teléfono sonó en su casa de Sarandí y su señora atendió. Habló por teléfono y, tapando el micrófono del tubo, le dijo a su marido “Cuidado, porque creo que es una cargada porque es un tipo que se quiere hacer el gallego y le sale muy mal”. El dibujante atendió y le preguntaron ¡“¿Señor Ferrero?”¡ Él respondió en tono pedagógico: “Caliente, caliente”. Hubo un silencio de segundos que se hicieron eternos en la comunicación transoceánica. Ahí una señora habló desde España y aclaró la situación con sus palabras: “¿Señor Ferro? Le comunico que lo han galardonado con el Premio Quevedos. Disculpe al señor que habló antes, pero se equivocó porque recién volvió de vacaciones”. Ferro, contento y sorprendido, cortó, y ese día Chiche Gelblung empezó con su llamado lo que sería un día multimediático para el dibujante argentino.

Para esta eminencia de los chistes, viñetas e historietas se imponen los balances 2008. En esa línea, Ferro afirma: “Estoy muy contento. Sobre todo porque cuando tenía 16 años era un pibe que no tenía perspectiva. Y mi viejo se preocupaba por mí porque no me veía tomar un rumbo que a él le gustara. Entonces, quería que yo entrara a trabajar en alguna empresa importante. Así que yo me apuré para mostrarle que yo aspiraba a otra cosa: a dibujar. Tuve mucha suerte porque caí en la revista La Cancha y en la revista del Buenos Aires Herald: El Purrete. Y me encontré a los tres o cuatro meses ganando muy bien y en lo mío”.

En los últimos años el artista recibió otros homenajes, como el trabajo de 300 ilustradores de todo el país que redibujaron –respetando el guión original de Ferro– a su personaje Langostino, y luego lo presentaron –hace tres años– en el Centro Cultural Recoleta, o el homenaje que le hizo el Museo de la Ilustración y el Dibujo en la última Feria del Libro. Ferro también es reconocido como alguien que atendía y ayudaba a los ilustradores que buscaban un lugar en el que publicar.

“En los lugares tenía un poquito de poder y a los chicos intentaba ayudarlos. Me pasó en Patoruzú, en La Razón. Y pude lograr que muchos pudieran publicar. Y hoy son una multitud”, aclara Ferro y, como no pudo viajar a España –el dibujante casi pide perdón por no poder hacerlo a sus 90 años–, espera que la exposición sobre su obra sea el momento de reencontrarse con Chapaleo, Pandora, Tara Service, Bólido y Langostino.

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